La primera vez que tuve noticia del Red Velvet Cake fue en el blog de Morgana, en su magnífico tutorial sobre la masa de las bizcobolas hacía referencia a este bizcocho de un color rojo, rojísimo que yo no había visto en mi vida y que me llamó mucho la atención. Lo que no me dí cuenta es que ella tiene publicada la receta, así que cuando vi en Club Cocina que vendían un paquete para prepararlo, me lo compré para sorprender en casa como me había sorprendido yo.
Después llegó San Valentin y vi un montón de bizcochos de terciopelo rojo, de todos los tamaños y formas, todos preciosos. Y mi cajita esperando en la despensa a que yo encontrara el momento. Y hace unos días, después de una visita a la frutería, estaba hablando con Paula cuando se nos ocurrió la idea: ¡Una tarta sandía, con un bizcocho rojo rojisimo cubierto de fondant verde!
No queda tan elegante como la típica tarta por capas y cubierta de blanco, pero es más divertido.
Aunque ahora lo que más veo por los blogs son galletas de comunión, hace unas semanas hubo un boom de galletas de bebes, que me encantan porque son muy tiernas, pero yo pensaba... ¿y a quién le hago yo galletas de bebes? Hasta que caí en cuenta que se las podía regalar a mi hermana, que es pediatra... vale, está un poco por los pelos, pero no conozco a ninguna recién mamá (y la que es futura mamá todavía le quedan unos meses!).
En fin, que ni corta ni perezosa me compré mis cortadores de galletas relacionados con bebes (en Karen's Cookies) aunque antes que los cortadores llegó el calor, así que tal cual llegaron los guardé cuidadosamente pensando que no los podría estrenar hasta otoño. Pero el otro día refrescó, así que me lancé a hacer galletas de flores y de bebes, intentando reproducir las galletas tan preciosas que había visto en tantos otros blogs. Sobre todo me guié por el de Karen's Cookie que tiene un par de entradas espectaculares, un tutorial sobre la decoración de las camisetas y otro de galletas de bebe. Otro blog que tiene unas galletas alucinantes es el de Cucki Chic al que también intenté imitar con el último recorte de masa (aunque me quedé bastante lejos de las maravillas que ellas hacen).
Con esta entrada creo que ya termino todos los detalles de la Tarta Jarrón, y es que voy siempre con el tiempo justo. La única novedad en las galletas es lo de ponerles el palito, que tampoco tiene para tanto una vez que le pierdes el miedo.
Creo que la primera vez que vi las galletas piruleta fue en Las cosillas de IslaCris, o al menos fueron las que más me llamaron la atención, porque eran unas preciosas galletas de cristal (con caramelo fundido en el centro) haciendo un ramo y me pareció una idea muy bonita.
Para la masa de galletas volví a la del Rincón de Bea, como en mi primer intento, sólo que esta vez ya si que podía usar la KitchenAid.
Desde que me paseo por los blogs de repostería he visto innumerables referencias del buttercream o crema de mantequilla, que no me llamaba mucho la atención, pero Silvia nos preparó un swiss meringue buttercream que estaba delicioso ya que al hacerlo con el merengue suizo se suaviza mucho el sabor de la mantequilla, así que me decidí a hacerlo para la tarta Jarrón y así no volvía a repetir con el ganaché de chocolate.
Además como paso previo está el merengue suizo, que ya lo había intentado antes y no me había salido bien.
Hace ya un tiempo que quería probar esto del pastillaje y es que Paula ya me está pidiendo la torre de Rapunzel para su cumple. Eso me pasa por enseñarle la tarta Rapunzel de Paqui, y claro, ya no hay otra posible.
Como no me quería arriesgar al último día, estuve pensando en alguna otra tarta que pudiera ponerle el pastillaje, y se me ocurrió la del Jarrón con Flores para mi madre.
La receta la busqué en la página de Pan, dulces y otras palabras, que tienen unos tutoriales excepcionales y aunque me costó un poquito darle forma, no me dio mucho trabajo, espero no haber tenido la suerte del principiante.
El pasado viernes me quedé helada al salir a la calle (literalmente helada). Había salido en manga corta, como los últimos quince días, y pasé frío, pero lo primero que pensé fue: "¡Estupendo, puedo volver a hacer galletas!".
Y como casualmente era el santo de mi madre, decidí regalarle un jarrón lleno de flores y experimentar con varias cosas que todavía no había hecho.
Se trata de un Madeira Sponge Cake de limón, relleno de swiss meringue buttercream de limón (tengo que buscar cómo se llama esto en castellano) y cubierto con fondant. La parte superior del jarrón es de pastillaje filipino (uno de los experimentos) y las galletas están decoradas con glasa. No creo que tenga tiempo para escribir todas las recetas hoy, pero las iré publicando poco a poco.
Ya me quedan pocas tartas antiguas que enseñaros, la de hoy es la primera tarta de cumpleaños de Andrea, a juego con la de Paula porque celebramos el cumpleaños el mismo día. De hecho, también era la tarta de cumpleaños de Inés, mi sobrina que también cumple por las mismas fechas (dos añitos).
Y que conste que pronto publicaré la de mi sobrino Bruno, que también cumple en las mismas fechas y también celebramos el mismo día (3 tartas hice el año pasado para el mismo día, ¡qué bien me lo pasé!).
Aquí está el vídeo, en inglés pero se entiende bastante bien:
Como es evidente, yo me decidí por cubrirla con chocolate. Os cuento algunos de los problemillas que me encontré, para que no tengáis que pasar por ellos.
Básicamente el problema fue que descubrí que mis dotes de arquitecta son nulos: aquello se tambaleaba una barbaridad y en algún momento pensé que me quedaba sin tarta. Había igualado bastante las bases de los bizcochos, pero creo que todavía debí dejarlos más planos para darle más estabilidad. También puede ser que los bizcochos que hice eran los único que me salian en aquel momento, el bizcocho básico, que está muy rico pero no es demasiado firme.
Por otra parte, lo rellené de dulce de leche, y me parece que me pasé con el relleno, porque el piso superior estaba muy inestable. Si tuviera que repetirlo, haría más capas de bizcocho con menos relleno entre capa y capa.
Lo cubrí todo con chocolate, y la verdad es que fue lo que lo salvó, al endurecerse, se quedó más firme. Aunque si tuviera que repetirlo lo cubriría con ganaché de chocolate, que hace el corte de la tarta más suave.
De adornos puse de todo lo que se me ocurrió. De hecho, me había pasado por una tienda de chucherías y compré de todo lo que me pareció que podría servir, aunque al final no puse ni la mitad de las chuches.
A pesar de que ahora lo veo un poco cutrecillo, a los niños les encantó y yo también me lo pasé muy bien adornando y peleándome con las torres.
Ayer tuve el privilegio de asistir a un Curso de Iniciación al Fondant impartido por Silvia, del Blog MegaSilvita. Fue un poco precipitado (o al menos, según mi forma de hacer las cosas), pero conseguí sacar un día "libre" para poder asistir.
Lo cierto es que si pude asistir fue gracias a mis hermanas, que se ocuparon de las niñas todo el día (mi santo se pilló una faringitis justo para este día).
Pasamos un día estupendo, y fue muy instructivo en todos los sentidos. Aprendimos de bizcochos, rellenos, y sobre todo fondant. Un verdadero lujo ver a Silvia manejar el fondant y desde luego aprendí por qué no me salía bien, me faltan materiales e ingredientes.
Según mi niña, es la tarta más bonita del mundo. "No voy a dejar de verla" me ha dicho. El único problema es que está empeñada en comerse la velita y a mi me gustaría que llegue a la hora de la comida! Por cierto, ha sido Paula quien le ha puesto el nombre.
No pude hacer muchas fotos porque estaba muy atenta para no perder detalle, pero aquí están todas las tartas, del resto de mis compis.
Otra sugerencia para los desayunos o meriendas del fin de semana: Tortitas de cafetería. A mi me encanta prepararselas a las niñas (o a mis sobrinos) que les gustan simplemente con azúcar, yo las prefiero con sirope (o salsa de caramelo casera) aunque admiten todo tipo de salsa para acompañarlas, miel, chocolate, nata... a gusto del consumidor.
Como en las anteriores recetas que encuentro en el Sarrau, os la voy a copiar literalmente (en color azul, para distinguir mis comentarios).
Cuando hice la Tarta de Queso con dulce de leche os comenté que era una mezcla de varias recetas de mi madre, y hoy os traigo una de esas recetas, la que más me gusta, quizás porque lleva un montón de pasas.
Tiene un par de truquitos, pero como veréis es muy sencilla.
Una entrada rapidita para un aperitivo más rápido aun, seguro que tardo más en contarlo que en hacerlo. El pasado domingo Pepi (mi suegra) nos sorprendió con estas tostadas de queso y confitura de tomate, que están deliciosas.
Ha sido un descubrimiento tan sorprendente que no puedo dejar de contarlo, porque a mi el queso de cabra como que no me llama mucho, pero mezclado con confitura de tomate queda espectacular.
La verdad es que no puede ser más simple, pero la combinación de sabores es extraordinaria. El sabor fuerte del queso de cabra se compensa con la confitura de tomate, que no llega a resultar demasiado dulce, perfecto.
¡Por fin he estrenado mi niña bonita (y verde)! Y no es lo único que he estrenado este fin de semana, porque aprovechando el envío de la Kitchen Aid, no tuve más remedio que pedirme también un moldecito de Nordicware... El Bavaria, para ser exactos. Es curiosa la historia de este tipo moldes, he encontrado un resumen muy interesante en la página Gastronomía y CIA.
No lo tenía demasiado previsto, así que me he ido a la página del Rincón de Bea que tiene una colección magnífica de Bundt Cakes, y he ido buscando alguno que tuviera los ingredientes. Al final me he quedado con el "Darkest Chocolate Cake Ever", aunque la niña lo ha rebautizado como Bizcocho de Super Chocolate, y no se le puede negar que tiene razón.
La primera vez que oí hablar de las French Toast fue en la película de Kramer contra Kramer. Todavía me acuerdo la pechá de llorar: a moco y baba. Y mis hermanas, que venían conmigo, también (aunque ellas intentaban disimular).
Aunque no llorábamos por las tostadas, claro. Las tostadas se las preparaba Dustin Hoffman a su hijo y a me pareció una idea curiosa, a pesar de lo mal que le salían. (Lo siento, no he encontrado el vídeo en español).
Muchos años después tuve ocasión de probarlas en una típica cafetería de New York y decidí que tenía que aprender a hacerlas. No se si llegué a conseguir una receta propiamente dicha, o fui haciendo intentos hasta encontrar la mezcla que me gustaba.
Lo que si recuerdo es que probé con varios tipos de pan, y sin duda salen mejor con las rebanadas de pan de molde especialmente gruesas. Afortunadamente en estos días de primavera, se pueden encontrar en cualquier sitio las rebanadas especiales para Torrijas, que vienen estupendamente.