Casi sin darme cuenta han pasado dos añitos desde que comencé este blog. Se me han pasado tan rápido, que si no fuera por las fotos de las primeras entradas, en las que mis hijas aparecen tan pequeñas, no me lo creería ni yo misma. Han sido dos años de descubrimientos en mi cocina, de muchas sorpresas y conocer a muchas personas encantadoras que comparten mi afición. Quisiera aprovechar para volver a agradeceros todo el cariño que me dais a través de vuestros comentarios, de vuestras preguntas, de vuestras visitas y de vuestra confianza ya que, si este blog ha seguido adelante, sin duda es gracias a todas las personas que dedicáis un momentito a leer las entradas que publico y darme ánimos y confianza en mi misma.
Bueno, y a mi SANTO que cada día tiene más merecido el nombre ¡¡¡menuda paciencia me echa!!!
Bueno, y a mi SANTO que cada día tiene más merecido el nombre ¡¡¡menuda paciencia me echa!!!
Una de las personas que han confiado en mi es Nadia, excelentísima persona y excelente maestra también. He tenido el placer de conocerla gracias a que es profesora de mis niñas y le agradezco muchísimo que me comentara la posibilidad de hacerle una tarta a su hija por su cumpleaños. Así que, como el año pasado, celebro mi cumple-blog con una tarta de cumpleaños.
Olivia es una violinista excepcional. Yo tuve la suerte de poder escuchar alguno de los conciertos que ha interpretado en el colegio, y no sólo es un placer escucharla, es que también impresiona ver como encandila hasta los niños más pequeños.
Como es lógico, para personalizar su tarta nos centramos en realzar su don como violinista, y la pena que tengo es que la primera figura que intenté era de cuerpo entero y por culpa de la humedad de aquellos días no se secó como para poder montarla.