Hoy no cuento ninguna receta. No es el objetivo de este blog meterme en temas que no sean gastronómicos, pero no hoy se está celebrando el Día Mundial del Sueño Feliz y no puedo dejar pasar esta oportunidad para darle todo mi apoyo a esta iniciativa.
Pese a lo reticente que fui a abrir una cuenta en Twitter, hoy me alegro mucho, ya que me he encontrado con este movimiento (#desmontandoaEstivill #diamundialdelsueñofeliz) y estoy leyendo muchas historias entrañables de madres y padres que han procurado un sueño feliz para sus hijos, de hecho, mi lista del Twitter hoy está que arde.
Realmente no sabría muy bien que contar, simplemente he intentado que mis hijas duerman bien. Algo tan simple como eso, y no deja de llamarme la atención que se tengan que escribir libros y libros sobre esto, cuando veo la solución muy sencilla: dormir con tus hijos.
Hay mucha gente que me ha mirado con cara de asombro, casi que escandalizándose porque he tenido a las niñas en mi cama hasta que literalmente no cabíamos. Y si, me he planteado la posibilidad de comprar una cama más grande, pero tuve que rechazarla por que no nos cabría en el dormitorio. Pero si quieres dormir cuando tienes un bebe, me parece la opción más sencilla, la criatura tiene barra libre, si se desvela se puede enganchar al pecho de su madre y aquí no ha pasado nada.
Mis hijas han dormido en mi cama tantos años como he podido, Paula salió un poco antes de que naciera Andrea y la chica ha empezado a dormir en su cama hace unos meses. Y todas las noches (o casi) me acuesto con ellas hasta que se duermen, primero una y luego la otra. Habrá quien piense que es una carga, pero para mi es el mejor momento del día.
No pretendo trivializar el asunto. Sé que no es fácil despertarse noche tras noche, de dos a cinco o seis veces cada noche. Sé que es muy difícil ir al trabajo al día siguiente sin haber descansado apenas, y día tras día resulta algo agotador.
Y lo sé porque llevo seis años sin dormir del tirón, para cuando Paula comenzó a dormir un poco mejor (todavía hoy se despierta muchas veces), nació Andrea.
Durante el tiempo que han dormido conmigo sólo me despertaban un poco para tomar el pecho y las noches eran más o menos cortas. Ahora me siguen despertando pero tengo ir a su cama a ver si necesita agua, taparse o simplemente una mano en su espalda.
Pero, por mucho que me cueste, me queda el buen sabor de que mis hijas pueden confiar en que si me llaman, estaré allí para atenderlas.
Tampoco quiero ir de "Super-mamá". No, "mamá" y ya está (lo de "super" lo dejo para la lactancia, que sigue alucinandome mi capacidad de poder producir comida, la mejor comida, para mis hijas). He tenido mucha ayuda. Mi "santo" se ha ganado el apodo de "santo" a pulso, apoyandome en todo momento, soportando las pataditas de las niñas hasta bien creciditas, yendose de la cama cuando las dos necesitaban dormir conmigo y saltando el también de la cama cuando se quejan las dos o yo no era capaz de dar más saltos.
También ha sido extraordinaria la ayuda de mi hermana, la mejor pediatra del mundo, que nos ha asesorado y recomendado varios libros para orientarnos, como por ejemplo "La ciencia de ser padres" de Margot Sunderland que es uno de mis regalos preferidos a los padres primerizos (hay quien regala el libro de Estivill, así que yo procuro dar otro punto de vista). Aunque hay muchos más. Es una delicia leer el libro de Carlos González "Besame mucho: Como criar a tus hijos con amor" y desde un punto de vista más simpático, también disfruté mucho con "Dormir del tirón y otras mentiras" de Sandi Kahn Shelton. También me gustaría recomendar la página Dormir sin llorar, que tiene muchas y muy buenas recomendaciones.
Podría dar muchas más referencias, páginas o lecturas que me parecen interesantes, pero creo que ya me he enrollado demasiado y no quisiera aburrir.
En fin, me parece que cada cual debería dormir como buenamente pueda y quiera, pero francamente, dejar llorar a una criatura de meses, aunque solo sea un minuto, me parece una barbaridad. Y alguien que diga que se puede dejar que un niño llore o incluso vomite hasta que duerma por agotamiento me parece que es cruel.
Espero que tengáis un dulce y plácido Día del sueño Feliz.