Hace unos días nos reunimos en casa de mis padres para una comida de feria y cuando pregunté por un postre de feria para llevarlo, mis hermanas me hablaron de los típicos buñuelos.
No es ningún secreto que yo no soy muy feriante (más bien todo lo contrario) y tengo que confesar que nunca he probado los buñuelos de la feria de Sevilla, de hecho ni siquiera sabía que existía un patio de buñueleras aunque ya me han explicado que es visita obligada.
Pero que conste que he tengo el propósito de acercarme sin falta para ver la técnica, probarlos y aprender todo lo que pueda sobre este dulce delicioso, porque mi experimento estaban buenos, pero no cabe duda que hay mucho que mejorar.
No me costó trabajo encontrar una aproximación de la receta (la original es un secreto, por supuesto) en el blog A comer y a callar, del que me he hecho seguidora porque me ha encantado.
Los buñuelos consisten en masa de pan frita y rebozada con azúcar (aunque mi hermana le añadió una pizca de canela y quedaron estupendos). A la próxima feria me pasaré a ver a las expertas en acción y seguiré ensayando.