Continuo dándole uso a la mermelada de arándanos, y es que me parece que va bien con todo. En esta ocasión la he utilizado para unas galletas que tenía muchas ganas de hacer desde hace mucho tiempo, se llaman Linzer según creo y me pareció una idea estupenda para tener un pequeño detalle con la Señorita de Andrea.
Se nos ocurrió hacerle estas galletas a la Señorita María para felicitarla en una fecha muy especial y además darle las gracias por su extraordinario cariño y profesionalidad. No creo que seamos capaces de poder expresarle con palabras lo mucho que valoramos su trabajo, su esfuerzo diario y el tremendo afecto que le inspira a nuestra peque, así que lo menos que podíamos hacer eran unas galletas.
Para la masa de galletas he utilizado la más nos gusta en casa, que ya conté en esta receta, pero esta vez he puesto en práctica algunos trucos que he ido leyendo para mejorar el aspecto o presentación de las galletas (el sabor es simplemente delicioso). Creo que la primera entrada de consejos para hacer y hornear galletas la leí en Mensaje en una Galleta, aunque no he podido encontrarla para hacer referencia, pero siempre es una fuente inagotable de buenísimas ideas y nunca está de más pasar por allí a aprender. Si que tuve la precaución de guardar este enlace de Dolce Sentire donde cuentan algunos trucos y al ponerlos en práctica he visto que si mejoran la apariencia.
Os cuento los pasos que he dado.