viernes, 30 de septiembre de 2011

Pavlovas

  ¡Qué cosa tan rica! De verdad que me ha sorprendido mucho este postre, por lo suave y delicioso que está. Y además no es demasiado difícil, ¡es perfecto!. 


  Fue hace unos meses, que con los retos de Whole Kitchen, la red se llenó de estas maravillas, de las cuales no había oído hablar nunca, pero me llamaron mucho la atención. Apunté la receta y por fin encontré el momento el sábado pasado. 
  Consiste en una base de merengue cocido en el horno, una capa de nata montada y unas frutas (o chocolate) para adornar por encima. Para los que no les gusta demasiado el merengue tengo que advertir que al estar cocido en el horno no queda tan empalagoso como puede parecer.

  He visto varias versiones de la receta, pero me he guiado por la que publicó Whole Kitchen, aunque yo aumenté un 50% las cantidades, vaya a ser que quedara pequeño.

Ingredientes:
  • 9 claras de huevo.
  • 300 gr de azúcar.
  • 4 cucharaditas (de te) de vinagre.
  • 4 cucharaditas colmadas (de te) de maicena.
  • 600ml. de nata para montar.
  • Azúcar para la nata montada, al gusto.
  • Frutas del bosques y mermelada de fresa o ganache de chocolate y frutos secos para adornar


 Para la base también se puede utilizar una pizca de cremor tártaro y esencia de vainilla, aunque yo no se lo puse.

  Hay quien recomienda hacer la base la noche anterior, para que seque poco a poco en el horno. Yo no tuve esa precaución y tampoco quedó mal. En cualquier caso hay que precalentar el horno a 150º.

  Comenzamos mezclando el vinagre con la maicena. Se disuelve con facilidad y queda líquido, pero curiosamente cuesta trabajo removerla, es como un líquido un poco duro.


  Se empiezan a batir las claras, y cuando empiezan a espumar y blanquear se va espolvoreando el azúcar, poco a poco, sin prisa pero sin pausa (en caso de utilizar el cremor tártaro, hay que mezclarlo con el azúcar). Hay que batir durante un buen rato (por lo menos 10 minutos) y que queden bien firmes.

Disculpad la calidad de la foto, es que estaba en marcha. En este momento, empecé a añadir el azúcar.

  Entonces hay que añadir el vinagre y la maicena, reconozco que lo añadí con un poco de miedo por si se bajaban las claras, pero no, lo mezclé con las varillas de la KitchenAid, y se integraron muy bien, quedando firmes y muy brillantes.


  Para que me quedaran dos círculos lo más redonditos posible, los dibujé en un papel vegetal ayudandome de una plantilla. Creo que los hice de 20 o 22 cm de diámetro. Hay que tener la precaución de darle la vuelta al papel para que la tinta no estuviera en contacto con el merengue.


  Puse el merengue en una manga pastelera con una boquilla 2A de Wilton y empecé a dibujar una espiral en cada círculo hasta rellenarlo. Di dos vueltas más en el borde para que quedara más alto. Como me sobró merengue, hice otros círculos más pequeños en los huecos.


  Lo metí 15 minutos en el horno a 150º y entonces bajé la temperatura a 110º y lo dejé una hora y media más. Según parece, lo suyo es apagar el horno y dejarlo allí hasta que se enfríe. Por cierto, cuidado que crecen y se extiende.


  Una vez fuera del horno, queda de un bonito color crema. 


  Como se habían pegado y quedan un poco frágiles, separé los bordes que se habían pegado con cuchillo muy afilado. Los pequeños los pude despegar sin problema, aunque con cuidado porque se rompen.

  Para los grandes lo pasé un poco peor. Para que no se rompieran al despegarlos del papel, utilicé una bandeja grande para darles la vuelta (como una tortilla de patatas). Entonces pude despegar el papel sin problemas, y sin trastear demasiado el merengue para que no se rompiese.


  Y entonces con una pala enorme para levantar tartas, pude colocar cada una en su plato. 


  Se supone que se pone la nata montada sobre la base de merengue, pero se me ocurrió añadir un toque de mermelada/chocolate entre la base y la nata.

  Para la Pavlova que pensaba decorar con frutas del bosque, cogí un par de cucharadas de mermelada de fresa (la que tenía) y la trituré para que no se notasen los trozos de frutas. Además lo pasé por el colador para quitar las semillas que quedaban. 


 Quedó un poco líquida pero muy fina.



  Con una manga pastelera y una boquilla del número 3, hice unos dibujos sobre la base de merengue. Y con un poco de ganache de chocolate, hice lo mismo en la otra.





  El resto es muy sencillo. Se monta la nata muy fría y se le añade el azúcar (al gusto). Se coloca sobre la base de merengue y por encima se añaden las frutas con un poco más de mermelada, o un poco más de ganache y unas almendras tostadas por encima.





Las pequeñas las hice igual



  Estaban deliciosas, pero creo que tuvo incluso más éxito la de frutas del bosque (frambuesas, grosellas y arándanos) porque el toque ácido contrastaba muy bien con el dulce de la nata y el merengue.




  La foto del corte no quedó muy bien, pero espero que sirva de dato.

9 comentarios:

  1. Seguro que muy ricas y a los enamorados del merengue a disfrutar!!!Un saludo

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  2. Riquisimas!! y preciosas. Te ha quedado genial. Besos!!!

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  3. qué cosa tan rica! nunca las he hecho pero igual me pongo a ello porque viendo tus fotos me entran ganas jeje

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  4. ¡Gracias! ¡De verdad que están deliciosas! Os diré que tengo ya un par de cestas de frambuesas y moras en la nevera para repetir este domingo!

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  5. Yo tampoco hice esta propuesta de Whole Kitchen y me quedé con ganas. Las tuyas se ven deliciosas!

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  6. Pues sí que parece sencillo, pero queda espectacular!!!

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  7. Que original es tanto en forma de tarta como de dulces individuales. Tiene que ser muy ligera!! Gracias por la propuesta!!, besos!!

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