Pasteles de Belem

  Los pasteles de Belem son unos pequeños dulces que elaboran en una pastelería de Lisboa, muy cerca de la Torre de Belem. La receta es un secreto secretísimo, pero en una búsqueda rápida se pueden encontrar varias aproximaciones (supongo que más o menos acertadas) pero todas deben estar muy buenas porque la idea y los ingredientes vienen a ser los mismos. 

  Hace unos días vi esta receta en El Zurrón de los Postres, una página genial con unos postres, galletas y dulces en general, preciosos y deliciosos. 

Ingredientes:

• Dos planchas de hojaldre de 250 gr.
• 200 ml. de agua
• 200 gr. de azúcar.
• Un tronco de canela.
• La corteza de un limón.
• 400 ml de nata líquida.
• 200 ml. de leche.
• 4 yemas.
• 2 huevos.
• 60 gr. de maicena.
• Azúcar glas y canela en polvo para espolvorear.

  

  Como siempre, una vez que empecé a hacer la receta, me pareció que iba a ser poco y doblé las cantidades, pero en la fotografía aparecen la mitad de lo que hice. 

  Además no pude utilizar el paquete de hojaldre que se ve en la fotografía. Por más que miré y miré a la hora de comprarlo no vi en ningún sitio la forma (ni el tamaño) de la plancha de hojaldre. La compré confiando que fuera rectangular, pero no tuve suerte, la forma es redonda.

  Después de estudiarme la página de La cocinera, he averiguado que tienen tres formatos de plancha de hojaldre: Refrigerada estirada, con forma redonda; congelada estirada, con forma rectangular y congelada sin estirar también con forma rectangular. De los tamaños no sé nada, no he encontrado referencias en la página, pero yo sugeriría a los responsables que incluyeran esta información en los envases.

  Empezamos haciendo un almíbar con el agua, azúcar, canela en rama y la corteza del limón. Lo calentamos hasta que hierva y lo dejamos enfriar.

  Al final cogí un par de láminas de hojaldre que tenía congeladas y las dejé descongelar a temperatura ambiente, sobre un trapo para que la humedad no las dejara pegadas a la encimera. Las estiré un poco con el rodillo, aunque no mucho.

  Se enrolla por el lado más ancho.

  Se cortan rodajas de un dedo de ancho, aproximadamente. 

  

  Para hacer los pastelitos utilicé el molde de magdalenas, con un poco de spray desmoldante por si acaso. Para colocar cada disco de masa en una cavidad del molde, se me ocurrió aplastar cada disco con un vaso.

  Y en cada cavidad, un disco aplastado dándole un poco de forma. 

  Me salieron 19, aunque con la segunda plancha hice los discos un poco más gruesos. Mientras hacemos la crema, las dejamos en la nevera.

  El horno se enciende a 230º para que se vaya calentando. 

  Se baten la nata, las yemas y los huevos.

  Se añade el almíbar ya frío, pasado por un colador.

  En otro recipiente se pone la maicena con casi toda la leche, y se remueve hasta que se mezclen sin grumos. El resto de la leche se calienta y se mezcla con la anterior.

  Se mezclan las dos cremas. Me quedó muy líquido, pero se cuajó bien. 

  Se vierte la crema sobre los hojaldres, rellenando los moldes.

  Tienen que estar unos 20 minutos en el horno, hasta que estén tostados. Me llamó la atención en el horno crecieron hasta formar como pequeñas pelotas.

  Recién sacados del horno, todavía parecían bolas de helado.

  Pero al enfriarse se quedaron planitas, como la imagen que yo tenía de estos pasteles.

  Antes de servir se espolvorean con azúcar glas y un poco de canela en polvo.

  ¡Están buenísimos! Se pueden tomar tibios o a temperatura ambiente, aunque yo no los metería en la nevera.