Tarta Máscara de Carnaval

  Ayer fue la fiesta de carnaval en el colegio de Paula y afortunadamente nos permitían llevar un desayuno para compartir, así que igual que el año pasado, hemos llevado un desayuno "a juego" con su disfraz.

 Mi primera idea era hacer galletas de princesas, pero el pasado fin de semana a mi Santo se le ocurrió hacer una verdadera máscara de escayola sobre la carita de Paula, para que ella misma pudiera decorarla, así que tuve que cambiar de plan y hacer una tarta.

  Me ha encantado hacer esta tarta para poder aprovechar por fin mis provisiones de purpurina y brillos. Además me ha servido de prueba para probar con otras recetas de bizcocho para combinar con el fondant, de hecho se trata de la receta de un Bizcocho Bundt de Nocilla.

  Para empezar con la máscara busqué un dibujo básico para poder recortarlo y como quería que tuviera un cierto relieve, busqué por toda la casa algún objeto redondeado para que pudiera reposar (las muñecas de las niñas resultaron ser demasiado pequeñas). Encontré un casco del ciclista de la casa que me pareció adecuado.

  Recorté la silueta de la máscara sobre un poco de fondant con CMC para que quedara más rígido al secarse. 

  Con unas pequeñas bolas de papel de plata hice una especie de nariz y de frente para que la máscara tomara la forma al reposar.

  Después de secar un día y medio quedó con la forma de una cara.

  Confieso que pensé pedirle ayuda a mi Santo para los dibujos, porque tiene mucha más maña que yo, pero después de ver muchas imágenes de distintas máscaras de Venecia, cogí el rotulador de tinta comestible dorado y me atreví a hacer algunos dibujos.

  Le puse abundante purpurina rosa y dorada, de tal manera que cuando Paula la vio, le gustó tanto que se acabó llevando un disgusto porque la suya no tenía tanto brillo (tuvimos que darle una buena capa de pintura con purpurina dorada, menos mal que mi otro vicio es la papelería y me faltan pocas chuminadas).


  Para contrastar con el rosa de la máscara, cubrí la tarta con fondant azul y le pasé el rodillo texturizador para marcar unas espirales. No estoy demasiado acostumbrada a esto de los rodillo y apreté muy poquito, con lo que apenas quedaron marcadas.

  Al colocar la máscara encima, me dí cuenta que no tenía forma de sujetarla y que quedara levantada sin poner algún tipo de pegote. Bueno, igual existe la manera, pero lo único que se me ocurrió es poner un soporte con unas brochetas que le dieran además un poco de altura, así que hice las típicas piruletas. 
  Se colocan dos churros de masa de dos colores uno al lado del otro, con un poco de agua o pegamento comestible que los una. 

  Y se enrollan sobre si mismas. MegaSilvita lo explica estupendamente en el siguiente vídeo. 






  En fin, las mías no quedaron tan estilosas. Pero con mucha purpurina, creo que han dado el pego.

  Y prácticamente ya estaba. 

 Le puse unos adornos rosa por el lateral de la tarta para darle un toque de color, y más purpurina.

  O puedo enseñar a mi princesa con la máscara que inspiró la tarta.

  ¡Y sin la máscara, que está mucho más guapa!

  
  Creo que a sus compañeros y señoritas les ha gustado bastante. 

 La clase de mi nena.