Ramo de Galletas

  Hace ya dos o tres semanas que preparamos estas galletas, pero se me acumula el trabajo y no siempre puedo publicar las entradas con la eficiencia que me gustaría. Las hice con las niñas para dar la bienvenida a la profesora y tutora de Paula, que había estado enferma y no pudo dar clases durante varias semanas. 

   Hice la masa de galletas de esta receta, algunas las decoramos con fondant y otras con el centro de caramelo.

Ingredientes:

• Masa de galletas
• Caramelos de azúcar duros
• Fondant.
• Pegamento comestible.

 La mayoría las decoré con fondant de la marca Silikomart, que amablemente me enviaron con unos moldes para probarlo. Es un paquete de 600 gr de color blanco (no sé si habrá de otros colores) y es un fondant más blando que otros que he probado con lo que se estira fácilmente.

 El primer intento para hacer las galletas de piruleta fue con un cortador de flor enorme. Con la masa bien fría se corta mejor las galletas y también es más fácil introducir la brocheta para que haga de palillo.

  Yo voy introduciendo la brocheta mientras la giro hasta que llegue hasta el centro de la galleta. 

  Utilizamos un cortador que es una parte de un paquete donde se incluye otro cortador para hacer los pétalos y también una abejita. 

  El problema con este cortador es que las galletas pesaban demasiado y no se sostenían bien en la brocheta, así que acabé quitandolas.

  Para decorar estas galletas me ayudaron las niñas. 

 Paula ya trabaja muy bien con el fondant, lo amasa y estira estupendamente. 

  Andrea también tiene bastante práctica, aunque como es lógico no le quedan tan bien.

  Para pegar el fondant a la galleta utilizamos el pegamento comestible, como en esta receta. Y si la brocheta se sale después del horneado, también le pongo un poco de pegamento y la vuelvo a poner.

  Al final hicieron dos cada una, y como no podían llevar la brocheta se las regalamos a los abuelos. Andrea insistió en copiar exactamente los colores que aparecían en la caja.

  Para el resto de las galletas utilicé un cortador más pequeño para poder hacer el ramo. Lo más latoso de estas galletas es que las brochetas ocupan mucho espacio y hay que hacer muchas hornadas.

  Las que decoramos con fondant, le hice unas marcas para que pareciese un pétalo. Basta con hacer una línea con una esteca recta (o un palillo).

  Las de caramelo son muy sencillas de hacer y muy resultonas. Se hace un agujero en el centro de la galleta.

  

  Se necesitan caramelos de azúcar de los de toda la vida. Hay que trocearlos un poco para que se fundan con más facilidad. Si los caramelos vienen envueltos, es mejor machacarlos antes de quitarles el papel porque los trocitos saltan por todas partes.

 Se rellenan los agujeros con trocitos de caramelo.

  En el horno el caramelo se funde y se adapta al hueco. 

  Al sacarlas del horno se dejan unos minutos en la bandeja. 

  Al enfriarse se despegan con facilidad y el caramelo parece de cristal.

  Poco a poco fui acumulando un montón de galletas de todos colores.

  Para hacer el ramo utilicé una maceta pequeña con un poco de corcho blanco en el interior y un pliego de papel de seda para taparlo. Al principio fui colocando las galletas alegremente.

  Menos mal que me di cuenta que eran bastantes galletas y que se conservarían mucho mejor protegidas con una bolsa de plástico. Me preocupaba un poco que las bolsas estropearan el ramo, pero creo que fue la mejor opción.

  Paula estaba encantada de poder recibir a su profesora que echaba tanto de menos.

  Tengo que decir que el otro profesor que da más clases a Paula también estuvo un par de semanas de baja por otro accidente y también le preparamos unas galletas. 

  Están hechas con la misma masa, pero esta vez quise utilizar un cortador con un sello para estampar mensajes en las galletas.

  Tengo que confesar que no he conseguido dominarlo. Aunque se supone que el sello se puede estampar sobre la masa de galletas, con esta masa no me funcionaba bien. 

  Si la masa estaba muy fría no conseguía marcar bien las letras y lo malo es que se atempera enseguida y cuando está blanda tampoco era fácil marcar los dibujos.

  A Paula se le ocurrió estampar el sello sobre el fondant y aunque tampoco quedó perfecto, al menos se podía leer.

  También incluimos algunas de caramelo porque Paula me dijo que tuvieron mucho éxito. 

  Todos nos alegramos muchísimo de la recuperación de los dos profesores que admiramos tanto.