martes, 9 de junio de 2015

Tarta Princesa Elsa con muñeca

   Últimamente Andrea está inmersa en el mundo de Frozen, y lo cierto es que gran parte de la fiesta de cumpleaños estaba centrada en el personaje de Elsa, al igual que su tarta. Ya había hecho una tarta de la princesa Elsa para la fiesta de Carnaval del colegio, pero esta vez quería una con muñeca porque sabe que así puede jugar con la muñeca después del cumpleaños.


  En estas tartas la falda de la muñeca es la tarta (aunque el vestido de Elsa es bastante ajustado y no tiene nada de volumen, pero a los niños nos les importa esa distorsión de la realidad). 
  He visto un sinfín de tartas de este estilo de todas las princesas, yo misma he hecho de Bella, Cenicienta y también a la Sirenita Ariel (aunque en otro estilo) y de todas las ideas que he ido mirando me gustó mucho una recopilación que vi en Facebook, el problema, como ocurre tantas veces en FB, es que no sé a quien pertenecen.

  Andrea me pidió bizcocho de chocolate con ganache de chocolate. Hice varios Madeira Sponge Cake de chocolate sencillo, pero como en la entrada anterior, no sabría aseguraros las cantidades. Los fui horneando en distintos moldes para hacer una parte redondeada más pequeña y el resto de la "falda" aumentando el diámetro, aunque tuve que desechar alguno porque no quedó como yo pretendía (cuando digo desechar me refiero a que nos lo merendamos sin piedad, aquí no se tira nada).


  Al apilarlos iba midiendo con una muñeca similar a la que iría en la tarta.


  Aunque los bizcochos quedaban más bajos que la cintura, al añadir la crema la altura sube un poco y tampoco me parecía que le fuera bien una falda muy alta.

  Cuando los vestidos son más voluminosos se puede hacer un agujero en el centro para colocar ahí la muñeca (con las piernas cubiertas con film transparente), pero la idea que había visto consistía en cortar una cuña de bizcocho donde va la muñeca, y así puede ir asomando la pierna.


  En cualquier caso, hay que igualar los bizcochos, recortar un poco para que quede la cintura más realista y también rallar la superficie con un mini rallador.
  


  El rallador consigue en un momento que la superficie del bizcocho quede muy lisita.


  Aunque recomiendo retirar bien las migas con un pincel para que no estorben después al forrar la tarta con fondant. Parece que no, pero salen muchas migas.


  Calé los bizcochos con almibar y los rellené con ganache de chocolate como en Montaje de una tarta decorada. Había hecho un kilo y medio de ganache que utilicé en esta tarta y la de Paula.


  Y siempre comprobando con la muñeca la altura y forma de la falda por si hubiera que retocar.


  Cubrí la tarta con más ganache y dejé enfriar en la nevera. Mientras extendí fondant de color azul claro para la falda. Lo cierto es que esta forma redondeada facilita bastante la tarea de poner el fondant. De hecho es una primera capa que después pensaba cubrir, y en concreto la parte más complicada, donde van las piernas, no se ve.


  El siguiente paso es fijar un poco la muñeca a la tarta, con un par de tiras de fondant, por ejemplo. Una de las piernas queda libre para asomarla.


  Para cubrir un poco la primera capa se me ocurrió utilizar un stencil con dibujos de copos de nieve, que había comprado "por si acaso" y que me resultó muy útil. Estiré una tira de fondant muy finita, puse encima el stencil o plantilla y pasé de nuevo el rodillo. Sólo asoman los copos de nieve que cubrí con un poco de polvo perlado.


  Al ponerlos sobre la tarta quedaron muy bien.


  Iba colocando tiras, procurando cubrir toda la tarta y la abertura de las piernas. 


  El brillo de los copos de nieve se veía bien, pero era bastante sutil. Para el resto de la ropa corté dos rectángulos de un fondant más claro para los brazos.



  Se dejan la unión de los dos lados por la parte interior del brazo para que no se vea mucho. Además corté la parte de las muñecas en pico, como el vestido de verdad.


  También le puse brillo en polvo con un pincel. La diferencia es notable, en el hombro derecho de la fotografía anterior se puede ver el brillo que deja y queda muy bonito.
  La parte del cuerpo son como cristalitos cuadrados. He visto alguna fotografía en que los simulaban con un marcador cuadrado pero yo no tengo y lo único que se me ocurrió fue utilizar un texturizador de madera.


  Si, de madera. Lo apliqué dos veces, girándolo para que en vez de líneas se marcaran cuadraditos. Se corta un rectángulo y creo que quedó bastante bien.


  El cuerpo tiene mucho brillo, así que le puse purpurina comestible a destajo.


  Y para que los cortes quedaran más suaves, hice un churrito muy fino de fondant y lo puse en el borde de todo el escote.


 Otro detalle importante del vestido es la capa, muy fina, semi-transparente y con mucho brillo. He visto algunas hechas con isolmat, es un tipo de azúcar con la que se hace un caramelo transparente pero se puede teñir con colorantes, y se trabaja como el caramelo de azúcar tradicional. En las fotografías que he visto (todo por Facebook, no sé las fuentes), queda espectacular.

  Pero yo no sé manejar el isolmat y me parecía complicado con el tiempo tan escaso que tengo últimamente, así que probé con una técnica que conozco para ir un poco más tranquila, la hice con gelatina muy concentrada. Me acordé de éstas mariposas de gelatina que hice para la tarta de Andrea hace un par de años, y seguí la misma idea.

  Utilicé 10 gr de gelatina en polvo y 20 gr de agua. Se espolvorea la gelatina sobre el agua y cuando esté hidratada se calienta unos segundos (¡segundos! es muy poca cantidad y no debe hervir) hasta que se quede líquida. Entonces se puede añadir colorante, brillo en polvo o ambas cosas.


  Se mezcla todo bien.


  Y se extiende con un pincel sobre un papel vegetal. 


  Hay que dejarlo secar, a ser posible en la postura que nos gustaría que se quedara. Yo lo tuve en la muñeca que me había servido de referencia todo el día y con un montón de papeles detrás para que quedara como ondeante al viento. Una vez seca, la recorté un poco para ajustarla al tamaño y la coloqué con una pequeña tira de fondant.


  Además recorté unas estrellitas de nieve que coloqué un poco al azar. 


  Bueno, y a Olaf que había hecho en el curso de Sevilla Dulce y que seguía vivo, aunque avisé a todo el mundo que no se podía comer porque estaría durísimo.


   En la merienda las tartas siempre tienen una aceptación especial.


  Y claro, las niñas las disfrutan muchísimo.


  Están muy mayores ya, y parece que al soplar las velas se hagan mayores de golpe!


   Fue una tarde estupenda y me gustaría agradecer a todos los niños y padres que se pudieron pasar a compartir este momento tan especial con nosotros. Echamos muchísimo de menos a un par de personas, pero les tengo prometido que repetiremos la fiesta cuando quieran. ¡Un beso muy fuerte!

5 comentarios:

  1. maaaadre mia!! en esta tarta te has superado de verdad

    Me encanta

    ResponderEliminar
  2. impresionante la tarta y como lo disfrutarian los pekes!!! me encanta

    ResponderEliminar
  3. Preciosa la tarta, me imagino todo el faenón que llevó pero viendo las caritas de las chicas seguro que valió la pena, una tarta que nunca olvidarán sin duda, enhorabuena por esta obra de arte!! 1 beso y feliz martes!!

    ResponderEliminar
  4. ¡Gracias!!! La verdad es que las caritas de las niñas es la mejor recompensa para el esfuerzo. Besos

    ResponderEliminar
  5. Impresionante! No tiene otra palabra, tienes unas manos estupendas para hacer postres!
    Felicidades!
    Saludos!

    ResponderEliminar

Me encantaría seguir aprendiendo con tus ideas y comentarios. Muchas gracias por participar!