viernes, 5 de junio de 2015

Tarta Inclinada de Cumpleaños

  Como indica el título de la entrada, ya hemos celebrado el cumpleaños de las niñas y como casi siempre cada una ha tenido una tarta según sus gustos y preferencias. 
  Este año Paula me pidió una tarta blanca con caritas sonrientes de colores alegres. No puedo negar que la idea era sencilla, quizás demasiado sencilla. Así que, aunque últimamente estoy muy ocupada con un sinfín de cosas, no pude evitar adornarme un poco.


  Hacía mucho tiempo que tenía el gusanillo de hacer una tarta inclinada, o Topsy-Cake, de hecho desde que vi este extraordinario vídeo que explica con todo detalle cómo hacer todos los pasos. Yo no pretendía hacer una tarta tan grande, por eso compré un dummy inclinado de 12 cm para que la tarta de verdad fuese el piso inferior. 

  No contenta con enfrentarme a una tarta inclinada, que no había hecho ninguna antes, se me ocurrió que podía añadir otra idea divertida: que la tarta fuese también una piñata. Hace poco se han puesto de moda que algunas tartas tengan el interior hueco y relleno de chucherías, para que al cortas caigan como una piñata. La idea es chúlisima, pero tengo que advertir que a mi no me salió como pretendía y las grajeas de chocolate no cayeron como yo pensaba, habrá que seguir investigando sobre este tema. 


  La tarta consistía en varios bizcochos cuatro cuartos, horneados en distintos moldes para que tuvieran un diámetro cada vez más grande. Lo siento mucho, pero como también estaba haciendo otra tarta no puedo recordar las cantidades exactas, pero necesité unos 10 huevos por lo menos, aunque como hornee en distintas tandas no puedo estar segura. Los bizcochos estaban calados con almibar y rellenos con ganache de chocolate (hice un kilo y medio de ganache para las dos tartas). Además necesité fondant, colorantes alimenticios y pegamento comestible.  

  Si sé las medidas de los moldes. Uno es de 22,5 cm, otro de 20 (un molde desechable que tiene los laterales ligeramente inclinados y que en este caso me vino muy bien) y uno de 18 cm.


  Todos estaban igualados a la misma altura con una lira para bizcochos, y antes de montar la tarta los apilé para darle la forma inclinada.



  Con los bizcochos lo más centrados posibles, vamos cortando lo que sobra para quitar los "escalones" y dejar los laterales lisos.



  Una vez igualados más o menos, lo más cómodo para dejarlos perfectos es un rallador pequeño. Yo tengo uno monísimo de los que piensas que no puede servir para nada útil pero que me ha dado un juego tremendo.



  Pasando el rallador por los laterales se queda todo igualado y con la inclinación que queramos.

  Aunque yo puse la torre con el mayor bizcocho en la parte inferior, este tipo de tartas son al revés, con la base pequeña abajo. 



  Y no sólo eso, la parte superior no es plana, también queda inclinada como en las tartas de Alicia en el país de las Maravillas. Para este paso he visto que algunos cortan la parte superior en diagonal desechando un buen trozo de bizcocho, pero yo soy más de aprovecharlo todo si es posible, así que me fijé en el vídeo que os enlazaba antes. 

  También es verdad que el "ojo de buen cubero" me patina algunas veces y me daba miedo cortar y recortar sin mucho control y que quedara un churro. Afortunadamente las matemáticas son una gran ayuda y hay una forma muy sencilla de encontrar el diámetro de un círculo.

  La idea es que si el ángulo recto de un triángulo rectángulo está sobre una circunferencia, entonces la hipotenusa está sobre un diámetro. 



  En resumen, basta buscar un ángulo recto cualquiera, por ejemplo un papel. Se coloca una esquina en el borde del bizcocho (o circunferencia). Se marca con un palillo el lugar donde los lados del folio vuelven a pasar por el borde de la circunferencia.



  Los palillos están marcando un diámetro del círculo.



  Quizás no lo parezca por que la fotografía está inclinada, pero de verdad que es un diámetro. Lo marqué con un cuchillo largo y fino y corté el bizcocho desde el centro hacia afuera.



  El trozo que se corta se le da la vuelta para que la tarta quede más alta por un lado que por otro.




  Así ya estaría lista para rellenar y forrar, pero yo creía hacer lo del interior relleno de chuches, así que cogí el bizcocho central y un cortador con forma de círculo.




 El centro que se quita no lo deseché del todo porque me preocupaba que las chuches quedaran pegadas a la crema, así que le corté dos rebanaditas para separar lo mejor posible las chuches de la ganache de chocolate. Se cala el bizcocho con almibar y se pone un poco de crema entre las dos capas, como se ve con detalle en Montaje de una tarta decorada.



  Para separar la crema que acababa de poner de las chucherias del interior, puse una de las rebanaditas de bizcocho que comentaba antes.





  Luego las grajeas de chocolate.



  Y una segunda rebanadita de bizcocho.




  Se cubre con más ganaché y lo que falta de bizcocho. Se cubre todo con ganache y se deja enfriar en la nevera hasta que la crema se endurezca.



  Aunque el piso superior era de corcho blanco y no pesaba mucho, no creí que fuera necesario poner un soporte pero si hacer una pequeña base plana para que se aguantara mejor. Para eso (con la ganache fría) marqué una circunferencia del mismo tamaño que la parte inferior del segundo piso.



  Se marca un poco con el cortador y se retira con un cuchillo como una cuña de bizcocho, para que quede una base plana.



  Se pone un poco de ganache en el hueco que hemos hecho y se deja enfriar un poco mientras se estira el fondant.


  Reconozco que tenía bastante respeto a lo de cubrir la tarta inclinada, pensaba que sería mucho más difícil que una normal, pero no es para tanto. Sólo hay que ir con cuidado, ajustando el fondant con delicadeza, estirando antes de ajustar para que no queden arrugas y poco más.




  Y una vez que está puesto, más o menos, alisar bien con la paleta, recortar los sobrantes y reforzar un poco los ángulos. Una vez terminada la base estaba encantada con el resultado de la torre.


  Para la decoración andaba justita, como siempre. Menos mal que era sencilla. Las caritas las hice con un cortador circular grande, uno pequeño para los ojos y las sonrisas con el cuter, a mano alzada.


  Un recurso que queda muy resultón son las tiras enrolladas sobre un palillo o una pajita. Recomiendo añadir un poco de CMC al fondant para ayudar a que endurezca más rápido porque hay que dejarlo reposar. Basta cortar una tira como de medio centímetro y enrollarla sobre una pajita, al ponerla sobre la tarta parece serpentinas.


  Otro recurso muy llamativo son las piruletas, ya las había hecho en esta Tarta de carnaval, pero creo que esta vez me quedaron más regulares gracias a un truco que vi en Tarta fantasia, y es que si se corta la espiral con un cortador circular una vez hecha, quedan todas iguales y perfectas.

  El resto de la tarta era muy sencillo, cortadores de estrella o círculos de varios tamaños y todo con muchos colores bonitos.


  Las bolas de colores que hay alrededor de cada piso son chicles. Pensé en hacer bolitas de fondant, pero mi sobrina me hizo el favor de comprar unos chicles que era una solución más rápida y muchísimo más cómoda. Además todos querían un chicle, tuvieron mucho éxito.



  Los palillos con cintas de colores también tuvieron bastante éxito y eso que estuve a punto de no ponerlos porque pensé que no pegaban...


  Para ser mi primera tarta inclinada estoy muy contenta con el resultado. Lo que tengo que mejorar es el tema de la piñata, porque al cortar el bizcocho no llegué al centro, no se vieron las chuches y con los sucesivos cortes se quedaron un poco pringosas con la crema. Aunque a los niños no les importó demasiado.... creo que a los adultos tampoco. 

  Muy pronto la segunda tarta del cumple, a ver si os gusta. 
  

4 comentarios:

  1. Cuanto trabajo, eh!! pero el resultado es espectacular. te cojo la idea del rallador para los bordes. Ahora mismo estoy horneando bizcochos para una tarta 4 pisos, Gracias por compartir tus truquillos.

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    1. Encantada! Los mini ralladores han sido un descubrimiento también para mi, los había visto en varias tiendas (Casa, Tiger...) y pensaba que no podían ser muy útiles, pero si que lo son!!!

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  2. Utilizar la maquinaria adecuada para hacer repostería es la clave del éxito dulce. Cada utensilio especializado potencia la precisión, facilita la creatividad y garantiza deliciosos resultados que conquistan paladares.

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Me encantaría seguir aprendiendo con tus ideas y comentarios. Muchas gracias por participar!