Tarta con Lirio (o Lirio con Tarta)

 La verdad es que la proporción de tarta y decoración está un poco descompensada, pero la hice para el aniversario de bodas de mis padres y no quería que la tarta fuera demasiado grande, y como quería poner una flor bonita, pues quedó más grande la flor que la tarta...

  La tarta era muy sencilla, un bizcocho básico (de dos huevos) en un molde muy pequeño, de 12 cm, relleno y recubierto con dulce de leche.

  Sobre el lirio, no pretendo hacer ningún tutorial, ni dar instrucciones de ningún tipo porque al fin y al cabo es el segundo que hago y el primero fue en el Curso de la Casita Dulce de las Flores con la ayuda de Marilo. Pero si puedo contaros el material que he necesitado para hacerlo, y los pasos básicos por si acaso a alguien le interesa y quiere buscar más información, o quizás existan otras técnicas o trucos.

  Ingredientes:

• Pasta de goma (comprada, utilicé de la marca Squires Kitchen).
• Dos cortadores de pétalos de lirio (o semejante) de tamaño grande.
• Pistilos de color amarillo y blanco.
• Alambre para flores.
• Cinta verde para los tallos.
• Soporte semi cilíndrico para secar los pétalos.
• Moldes de silicona para dar textura a los pétalos.
• Colorantes en polvo.
• Rodillo pequeño.
• Estecas (la que tiene una pelotita redonda).

  La verdad es que la cantidad de artilugios que se van acumulando es importante, y probablemente la mitad de ellos no sean realmente imprescindibles, pero facilitan muchísimo la tarea.

  El molde de silicona es de Wilton, por un lado tiene la parte para dar textura a los pétalos, pero por el otro tiene una raja y se utiliza para darle la forma del nervio de los pétalos y poder poner el alambre.

  Se estira un poco de pasta de goma sobre el molde.

  Se corta el pétalo dejando el nervio bien centrado. Esto, que debe ser de lo más sencillo, me cuesta muchísimo trabajo... Más de un pétalo he vuelto a hacer porque me ha quedado descentrado.

  Se da la vuelta al molde y se coloca el pétalo sobre el texturizador, el nervio que acabamos de hacer hacia arriba. Se presiona, pero con mucho cuidado para que no se deforme.

  Para que el borde de los pétalos quede más natural, se presiona con una esteca sobre una superficie blanda como un trozo de goma eva.

  Para manos más aventajadas que las mías, este paso también sirve para darle volumen y un poco de vuelo al borde de los pétalos, pero yo lo tengo en "asignaturas pendientes".

  Y uno de los pasos más conflictivos, o al menos de los que más me cuestan: introducir un alambre para flores en la parte del nervio. Seguro que la práctica es un grado y a mi me falta mucha, pero introducir el alambre, girándolo para que vaya mejor, con su gotita de pegamento comestible para que quede bien fijo y sin que se salga por ninguna parte, ni se rompa el pétalo, claro... En fin, se puede, pero es complicadillo. 

  Después se deja secar sobre una superficie curva para que tome forma. Hay que hacer 6 pétalos.

  Al día siguiente, cuando los pétalos se hayan endurecido, se empieza a formar la flor. El centro se puede hacer de varias formas, pero yo utilicé la que me parece más sencilla, con varios pistilos doblados por la mitad. Utilicé un alambre para sujetarlos. 

  Para el siguiente paso necesitaba las dos manos, así que no hay foto, lo siento. Consiste en ir colocando los pétalos alrededor de los pistilos. Como cada pétalo tiene un alambre, se fijan con cinta para flores (es una cinta creo que de papel, como de un cm de ancho y ligeramente pegajosa, al enrollarla sobre si misma queda pegada y deja los alambres juntos como el tallo de la flor).

  Al decirlo parece más sencillo de lo que es (insisto, es mi impresión al hacer mi segunda flor... quizás cuando haya hecho 200 me parezca una tontería). El problema que yo me encuentro es la manía que tiene cada pétalo de ir "por libre", los voy colocando de manera que queden bien en círculo, que estén juntos por la base, que todos queden de frente... pero sin saber muy bien porqué, se giran sobre si mismos y se pone cada uno mirando hacia un lado. Con la cinta se pueden mantener todos juntos, pero me cuesta mucho que queden bien colocados. 

  A partir de este momento, la forma más cómoda que conozco de dejar la flor es en una botella de agua. 

  Toca darle color a los pétalos. Utilicé los colorantes que tengo en polvo, como no tenía muy claro cómo iban a quedar, cogí los tonos rosas y los verdes (para la parte central de cada pétalo) pero no me gustaron mucho, tengo que conseguir otros colores.

  Con un par de pinceles (uno para cada tono) se van dando toques a los pétalos. He visto algunas de estas flores con colores muy vivos y otras con un ligero toque, dependerá del gusto del artista.

  Para terminar con un rotulador de tinta comestible (o un palillo y colorante en gel) se hacen unos puntitos negros en los pétalos.

  La colocación sobre la tarta es otra historia, porque pesa bastante, pero claro es que la tarta era muy pequeñita. En fin, no me extraña que las flores sean tan caras, no sólo por el trabajo que dan, es que además se pueden romper en muchas ocasiones y que queden naturales requiere mucha práctica.

  Mi madre la tiene puesta en un florero y a todo el que entra en casa se la enseña a ver si adivina de qué está hecha (y yo me pongo como un globo, claro está).