miércoles, 6 de enero de 2016

Tronco de Navidad (Bizcocho super-flexible)

  ¡Feliz año nuevo! ¡Espero que Sus Majestades os hayan traído muchas cosas bonitas! Yo no quería dejar pasar las fiestas navideñas sin compartir esta receta que ya he hecho varias veces y queda estupenda con esta decoración de tronco de Navidad. En otras fechas, puede decorarse de otra manera. 

 Hace tiempo que encontré esta maravillosa receta de bizcocho para enrollar en el blog de Chocolatísimo, lo que no logro recordar es porqué no la había subido antes. Sin duda es una receta extraordinaria, tal y como dice Esther, ni se rompe ni hay que dejarla enfriar enrollada porque es un bizcocho muy flexible que además está buenísimo.


  El bizcocho tiene los mismos ingredientes que el que yo solía hacer, huevos, harina y azúcar, pero cambian las proporciones y un poco la elaboración, con lo que queda mucho más flexible. En el canal de Chocolatisimo tiene un vídeo estupendo con todos los detalles, aunque tengo que comentar que con estas cantidades me salieron dos troncos. La decoración la vi en este vídeo, y me gustó mucho como queda. 

Ingredientes para el bizcocho:
  • 8 huevos.
  • 130 gr de azúcar.
  • 100 gr de harina.


  Para el relleno y decoración.
  La parte del relleno es absolutamente libre, se puede rellenar de lo que más guste, como nata, crema de mantequilla, lemond curd, mouse de chocolate... Lo que apetezca. En mi caso los rellené los dos con nata montada y uno de ellos lo decoré con dulce de leche y el otro con ganache de chocolate y lascas de chocolate.

Antes de empezar, encendemos el horno a 210º, calor arriba y abajo para que se vaya calentando.

 Hay que separar las claras de las yemas y se divide el azúcar en dos partes, 70 gr para las claras y 60 gr para las yemas.


  Hay que montar tanto las claras con su parte de azúcar como las yemas. Pero en ambos casos no hay que excederse con el batido.


  Las claras tienen quedar espumosas, completamente blancas, pero sin quedar completamente firmes.


  Lo mismo con las yemas, tienen que quedar espumosas pero sin montar del todo.


  Entonces mezclamos las dos partes, claras y yemas. Añadiendo las yemas a las claras en dos partes, primero se añade la mitad de las yemas, se mezcla con movimientos envolventes.


  Y  después el resto de las yemas. Queda como una espuma.


  Entonces se añade la harina tamizada. También es recomendable añadirla en dos o tres tandas para mezclarla bien, procurando que no bajen la espuma.


Mezclar con movimientos envolventes

  La masa hay que extenderla sobre un papel vegetal que pondremos sobre la bandeja del horno. Como comentaba antes, yo vi masa suficiente como para dos bizcochos, así que preparé dos bandejas. 


  Hay que extender las masa procurando formar un rectángulo del tamaño de la bandeja, y que quede más o menos uniforme, con el mismo grosor por todas partes.


  Se hornea 12 minutos a 210º gr, que esté doradito pero con cuidado porque se quema con facilidad.


  Una de las cosas que yo hacía, era enrollarlo en caliente para que cogiera la forma, pero con este no es necesario, se puede ir enrollando sin más y no se rompe. Para quitar el papel vegetal que está debajo con facilidad (antes de poner el relleno que es más engorroso) se le da la vuelta con ayuda de otro papel vegetal. Se pone por encima


  Se cogen los dos a la vez (con el bizcocho en medio) y se voltea, sin miedo. Una vez que le hemos dado la vuelta, se quita el papel que está debajo con cuidado.


  Volvemos a voltear porque el relleno debe ir en la otra parte, la que está doradita. Y antes de extender el relleno, se puede humedecer con un poco de almibar (yo caliento el mismo peso de azúcar que de agua hasta que el azúcar se disuelve y lo dejo enfriar).


  Se extiende el relleno que más nos guste, en mi caso nata montada.


  Y se empieza a enrollar. En cada vuelta se puede aprovechar para humedecer con un poco más de almibar la parte inferior del bizcocho.


  Se enrolla muy fácilmente, sin ningún problema. Es una receta estupenda.


  Un de los bizcochos lo puse como brazo de gitano, cubierto con dulce de leche para los que no pueden comer chocolate.


  Con un poco más de nata para decorar.



  El otro lo cubrí con ganache de chocolate negro. 


  Para que quede un poco más en su papel de tronco, se pueden cortar uno o dos trozos del extremo y ponerlos como partes del tronco.


  Se "pegan" a la parte principal con más ganache de chocolate.


  En este punto se pueden simular las marcas de un tronco con ayuda de un tenedor, haciendo dibujos sobre la ganache. Pero yo probé el sistema que había visto en Las recetas de MJ, que me parece muy curioso.

  Se funde unos 150 gr de chocolate negro. Para extenderlo con facilidad se puede coger una gotita del chocolate fundido y hacer unos pequeños churretes sobre una bandeja plana.


  Esos pequeños churretes hacen de pegamento para un papel vegetal, y que no se esté moviendo todo el rato.


  Vertemos el chocolate fundido y lo extendemos por toda el papel vegetal.


  En esta ocasión lo dejé tal cual, lo mejor que pude extenderlo con una cuchara. Pero como me ha gustado la técnica, lo he repetido en otras ocasiones añadiendo unas gotas de chocolate blanco (o unas gotas de chocolate negro sobre chocolate blanco) y pasando un tenedor por encima queda con un efecto marmolado muy curioso.


  Se deja enfriar y que se vuelva a endurecer. Entonces se parten trozos irregulares.


  Estas lascas se pueden ir colocando sobre la ganache, un poco al azar, de manera que se cubra la superficie.


  Parece la corteza de un árbol.


  Y añadiendo un poquito de azúcar glas tamizada, queda un muy bonito.


  Ni que decir tiene que las lascas de chocolate son muy llamativas para niños (y mayores).



  Y con los dos troncos, para que cada uno elija el que más le apetezca.


  

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