Una Tarta para Cien Cumpleaños

  Bueno quien dice cien, dice doscientos, o muchos en general. Se trata de mi primera tarta falsa, o dummy, que le he hecho a la señorita que tuvo Paula el curso pasado. Es una mujer extraordinaria, dulce y encantadora con los niños (y con los padres, claro) y al final de curso me comentó que quería hacer algún tipo de celebración para los niños que cumplen años en verano, para que no se quedaran sin su "día especial". 
  Fue entonces cuando se me ocurrió hacer la tarta falsa, porque en el colegio no se permite llevar tartas para celebrar los cumpleaños, así que recordé la genial idea que había visto en el blog de Noraa: una tarta falsa, sin bizcocho, sólo un cilindro de corcho blanco cubierto con fondant para que parezca una tarta y los niños puedan cantar el cumpleaños feliz.

  Para la decoración tenía que ser válida tanto para niños como niñas, que cumplieran 5 o 6 años y no tuve que pensarlo ni un minuto. Me acordé de otra idea genial, esta vez de Tartas y nubes de azúcar que hizo dos tartas en una para el cumpleaños de sus niños.

Versión para niñas

Versión para niños

  Al terminar la tarta caí en cuenta de que mi cuñada también es profesora de infantil, así que hice otra casi igual para ella. Esta es la vista de las dos mitades.

  Esta vez la tarta no es comestible, utilicé un cilindro de corcho blanco (poriexpan). Los he visto en las tiendas especializadas en repostería, de todas formas y tamaños y sirven para hacer tartas de exposición. También utilicé fondant, colorantes, cortadores y todas las herramientas que he ido coleccionando.

  Como quería dos decoraciones totalmente diferentes, marqué una diagonal en el corcho, para que me sirviera de guía.

  Luego estiré una banda de fondant, para cubrir los laterales. Con el propio molde hice marcas para recortar una tira del tamaño justo.

¡

  Para pegar el fondant en el corcho lo humedecí con las manos mojadas en agua. 

   Y lo mismo para la otra mitad, aunque en este caso le pasé primero el rodillo texturizador con espirales, que queda muy chulo.

  Para la parte superior estiré un poco de fondant blanco y lo corté con formas muy curvas, para que pareciese glasa derramada.

  La base ya estaba más o menos, pero para disimular las uniones se me ocurrió poner líneas verticales entre las dos secciones.

  Y añadir detalles. La parte de color verde, la dejé con círculos de colores. Para la parte rosa me resultó más sencillo porque tengo muchas herramientas para "niñas", por ejemplo me atreví a utilizar una de las estecas que no había usado nunca o casi nunca. Al cortar una flor se puede presionar el centro con un palillo redondeado y después con la esteca que aparece en la foto, se presiona ligeramente y queda mucho mejor. Con una bolita pequeña de fondant de otro color, quedan muy bien.

  La decoración de la parte superior la hice con grandes churros de fondant enrollados, con una fresita (también de fondant) encima. 
  Las piruletas con la edad es el mayor cambio entre las dos tartas. Las hice para la primera y no me dejaron muy convencida, pesaban demasiado y quedaban inestables. La idea de las piruletas era poder poner la edad del niño (5 o 6 años) con colores que combinaran según la mitad que se fuese a utilizar.

  Para la segunda tarta puse sólo una piruleta y una gran vela de cumpleaños. La vela es muy fácil de hacer, yo la aprendí de MegaSilvita que tiene un vídeo estupendo contando todos los detalles.

  Espero que a los niños les guste y puedan tener su día especial también en el cole.