Este postre es una opción realmente sencilla y que sorprende a todo el mundo. Se distinguen tres texturas, un bizcocho en la capa superior, flan en el medio y una textura más espesa, como de pudin en la base.
Aunque pueda parecer laborioso, el nombre del pastel se debe a que las tres capas se separan solas y se cuece todo a la vez en el horno. La receta la vi por primera vez en el blog de Kanela y Limón y me dejó impresionada, porque tiene unas recetas estupendas con unas fotografías preciosas.
- 8 huevos
- Un litro de leche a temperatura ambiente.
- 250 gr de mantequilla.
- 280 gr de azúcar.
- 225 gr de harina tamizada.
- La ralladura de un limón.
- 1 cucharada de extracto de vainilla.
Encendemos el horno a 180º para que se vaya calentando. La mantequilla se utiliza derretida pero sin que esté caliente, yo la pongo en el microondas a potencia media durante un minuto y remuevo, si todavía queda algún trozo sin derretirse vuelvo a ponerlo unos segundos. Si se calienta demasiado, nos esperamos un poco a que se entibie, por ejemplo rallando el limón (o controlando a ver cómo lo ralla mi nena).
Se separan las claras de las yemas y montamos las claras a punto de nieve. Se reservan las claras.
También se baten las yemas con el azúcar y el extracto de vainilla hasta que estén esponjosas y de un color más claro.
Añadimos a la mezcla de las yemas la mantequilla y mezclamos.
A continuación se añade la leche. La masa queda muy líquida, cualquiera diría que es un error, y que el pastel surgiera por casualidad.
Se añade también la ralladura de limón y la harina. Yo añadí la harina de golpe y se me formaron grandes grumos que me costó deshacer. Supongo que sería mejor añadirla poco a poco, o incluso añadir un poco de la masa líquida sobre la harina para evitar los grumos.
Tengo que advertir que la masa sigue completamente líquida porque la cantidad de harina es poca. Se añaden entonces las claras a punto de nieve que teníamos reservadas y se mezclan con movimientos envolventes.
La masa sigue líquida y las claras se quedan flotando.
Se vierte en un molde engrasado. Como yo utilicé un molde de pirex, entendí el truco rápidamente Antes de hornearlo la masa ya se separa en tres partes, la harina debe pesar más y se deposita en el fondo y las claras quedan flotando.
Lo metemos en el horno a 180º durante 10 minutos y después bajamos la temperatura a 160º durante otros 50 minutos.
Yo creo que lo tuve un poco más porque el palillo no salía limpio del todo, de hecho el centro quedó un poco menos cuajado pero no le importó a nadie porque estaba muy bueno.
Como la parte central tiene una textura parecida al flan, no se puede desmoldar porque se estropearía todo. Hay que esperar que se enfríe y cortar en porciones en el mismo molde.
Como mi molde tiene los bordes ligeramente curvos, aproveché para dejarlos más rectos, quitando como medio dedo de cada lateral y así poder sacarlos con un poco más de estilo.
Con un poquito de azúcar glas espolvoreado por encima quedan preciosos.
De hecho mi padre estaba convencido de que los había comprado en alguna confitería. Tuve que enseñarle las fotografías para que se convenciera.
Tengo que reconocer que la última capa quedó algo más dura de lo que debería, pero estoy convencida de que fue por el problema de los grumos con la harina. Creo que batí demasiado la mezcla para deshacer los grumos y eso hizo que quedara algo duro. Vertiendo la harina con cuidado quedará mejor todavía.
Por cierto, este pastel lo hice con la ayuda de mi nena, como ya habéis visto porque realmente lo puede hacer cualquiera. Además de ayudarme al pesar o rallar el limón, mientras yo iba añadiendo ingredientes la nena (tiene 3 años) me cogió la cámara de fotos y fue fotografiando ingredientes y el proceso (tal y como hago yo). Me sorprendió encontrarme con fotografías que yo no había hecho, pero que me parecían un enfoque muy curioso, os pongo una de muestra.
También se baten las yemas con el azúcar y el extracto de vainilla hasta que estén esponjosas y de un color más claro.
Añadimos a la mezcla de las yemas la mantequilla y mezclamos.
A continuación se añade la leche. La masa queda muy líquida, cualquiera diría que es un error, y que el pastel surgiera por casualidad.
Se añade también la ralladura de limón y la harina. Yo añadí la harina de golpe y se me formaron grandes grumos que me costó deshacer. Supongo que sería mejor añadirla poco a poco, o incluso añadir un poco de la masa líquida sobre la harina para evitar los grumos.
Tengo que advertir que la masa sigue completamente líquida porque la cantidad de harina es poca. Se añaden entonces las claras a punto de nieve que teníamos reservadas y se mezclan con movimientos envolventes.
La masa sigue líquida y las claras se quedan flotando.
Se vierte en un molde engrasado. Como yo utilicé un molde de pirex, entendí el truco rápidamente Antes de hornearlo la masa ya se separa en tres partes, la harina debe pesar más y se deposita en el fondo y las claras quedan flotando.
Lo metemos en el horno a 180º durante 10 minutos y después bajamos la temperatura a 160º durante otros 50 minutos.
Yo creo que lo tuve un poco más porque el palillo no salía limpio del todo, de hecho el centro quedó un poco menos cuajado pero no le importó a nadie porque estaba muy bueno.
Como la parte central tiene una textura parecida al flan, no se puede desmoldar porque se estropearía todo. Hay que esperar que se enfríe y cortar en porciones en el mismo molde.
Como mi molde tiene los bordes ligeramente curvos, aproveché para dejarlos más rectos, quitando como medio dedo de cada lateral y así poder sacarlos con un poco más de estilo.
Con un poquito de azúcar glas espolvoreado por encima quedan preciosos.
De hecho mi padre estaba convencido de que los había comprado en alguna confitería. Tuve que enseñarle las fotografías para que se convenciera.
Tengo que reconocer que la última capa quedó algo más dura de lo que debería, pero estoy convencida de que fue por el problema de los grumos con la harina. Creo que batí demasiado la mezcla para deshacer los grumos y eso hizo que quedara algo duro. Vertiendo la harina con cuidado quedará mejor todavía.
Por cierto, este pastel lo hice con la ayuda de mi nena, como ya habéis visto porque realmente lo puede hacer cualquiera. Además de ayudarme al pesar o rallar el limón, mientras yo iba añadiendo ingredientes la nena (tiene 3 años) me cogió la cámara de fotos y fue fotografiando ingredientes y el proceso (tal y como hago yo). Me sorprendió encontrarme con fotografías que yo no había hecho, pero que me parecían un enfoque muy curioso, os pongo una de muestra.
Qué rico¡¡¡¡¡¡ Tengo que hacerlo tiene que estar muy bueno.
ResponderEliminarQué pinta!!! a mí tambien me gusta mucho el blog de Kanela y Limón. Ha de ser una tarta riquísima. Besos,
ResponderEliminarSugar Palace
Qué chulo, la verdad es que es normal que tu padre pensara que son comprados, el corte está muy perfecto, nunca se me había ocurrido cortar un trocillo primero para poder desmoldar mejor el resto. Tengo muchas ganas de hacerlo, aunque me da pereza porque me parece complicado que quede bien. Besitos!
ResponderEliminarGracias Michi! No te preocupes, que igual no queda precioso y perfecto como a Kanela y Limón, pero bueno, te aseguro que queda buenísimo!
EliminarBesos
Qué buena pinta tiene, me encanta, tengo que probarlo. Me ha hecho gracia lo de la foto porque mi hija hace lo mismo jaja
ResponderEliminarBesos
Te ha quedado fabuloso, tengo ganas de hacerlo, se lo vi a Cristina y me encantó. Un abrazo, Clara.
ResponderEliminarYo también lo he visto y lo tengo en pendientes. Te ha quedado genial pero con esa ayudante de lujo no me estraña.
ResponderEliminarBesitos a las dos :-)
Hola!!! Menuda pinta tiene este pastel!!! Parece como muy fresco para los calorcillos que ya llegan. Y cortado como has hecho me encanta, es una presentación de lomás tentadora!!! Me comería un pedacito ahora mismo!!! Un beso enorme!!!
ResponderEliminarQué bueno, se ve muy suave, una textura muy interesante. Muy chula la foto desde otra perspectiva, je, je! Un beso!
ResponderEliminarQué delicia de pastel! La combinación de texturas nos encanta y seguro que de sabor está delicioso.
ResponderEliminarBesos.
Me parece un pastel muy ligero y con muy buena pinta y fácil de hacer y si además tienes un pinche en la cocina y en las fotos estarás encantada.
ResponderEliminarUn abrazo
lo he hecho...pero no se me separan las capas de flan y pudi.a que se debe? gracias
ResponderEliminarPues el sabor de todo el pastel es el mismo, a flan clásico, bizcocho sencillo y el pudín tiene un sabor semejante pero una textura más densa.
EliminarSaludos
Tien muy buena pinta, sí señor!
ResponderEliminarEsta receta ya le tengo puesto el ojo desde hace tiempo y va a caer...lo sé!! Me ha encantado tu nena de pinche :)
ResponderEliminarTienes un blog genial, me quedo por aquí!!
un besoteee
¡Gracias! Cómo me alegra de que os guste!!!
EliminarTienes un premio en mi blog un besito guapisima
ResponderEliminarhttp://lovelycupcakes11.blogspot.com.es/
Que bien, veo que ya has hecho las porciones, pues me llevo la mía!
ResponderEliminarVerdad que es un bizcocho mágico?? Yo cuando lo preparé me sorprendió un montón la textura y luego el sabor...
ResponderEliminarEsta receta la tengo que probar, ñam!
ResponderEliminarTienes un regalito en mi blog ^^ http://ninicocinera.blogspot.com.es/2013/05/cake-pops-premio-truly-y-despedida.html
Qué original!! Tengo que probarlo :)
ResponderEliminarbesos y feliz finde
http://desayunosentiffanys.blogspot.com.es/
Se ve delicioso!! Me haré seguidora de tu blog por que me ha encantado y si Dios lo permite pronto lo haré!! vengo del blog
ResponderEliminarhttp://memoriasdemicocina1.blogspot.mx/ y seguro tienes mas cosas deliciosas que iré viendo de a poco!!! Saludos!!